Ahora son 25 años que me gradué de la escuela de quiropráctica, y el mismo tiempo ejerzo en la ciudad de San Juan, Puerto Rico.
En los últimos 12 años mis responsabilidades como Director Clínico del Centro Quiropráctico del Parque (www.quiropractico.com), Consultor en el desarrollo comercial de oficinas Quiroprácticas, y la creación de la cadena de oficinas QuiroHealth, me ha obligado a retirarme de la atención directa de pacientes.
Retirarme de la atención de pacientes luce como que me he retirado de práctica, en realidad es todo lo contrario. En estos tiempos estoy más ocupado de lo que jamás me imagine que tendría la capacidad de estar.
El llevar la Quiropráctica a más personas a través de doctores asociados, oficinas satélites, y clientes de consultoría, requiere reglas totalmente nuevas, un compromiso superior, y un nivel de liderazgo el cual reta mi capacidad día tras día.
Extraño los simples tiempos cuando sólo en la compañía de en aquel entonces mi novia, hoy esposa Glory, atendíamos a cada uno de nuestros pacientes con todo el amor, pasión, y compromiso que existía en nuestro corazón.
Recientemente celebramos en la oficina de Santurce la fiesta de Navidad de pacientes, durante esta recibí uno de los regalos más valiosos de mi carrera profesional.
A mi sorpresa, alegría, y encanto, la mayoría de quienes se encontraban disfrutado eran personas de la época en que atendía pacientes directamente, quienes todavía hoy se mantienen como pacientes activos.
¡Que gran sensación de logro como
Quiropráctico de Principios!
El que años después estas personas que ya no atiendo directamente, elijan mantenerse bajo cuidado porque se les ayudó a entender La Gran Idea, es el mejor regalo de Navidad que un Quiropráctico puede recibir.
Como si lo anterior fuera poco, a mitad de mañana Glory me llama pidiéndome con urgencia que fuera a la recepción para tomarnos una foto…
Al llegar a la recepción estaban María, Mildred, y Carmen, tres de nuestros pacientes que llevan 25 años atendiéndose con nosotros, esperándome para tomarnos la foto. ¡Wow!
Ese encuentro me deja saber que todos los sacrificios, trabajos, y sin sabores que hemos vivido durante nuestra carrera no han sido en vano, y que si hemos sido capaces de compartir La Gran Idea con nuestros pacientes, quienes a esta altura más que amigos, se han convertido en familia de la práctica.
Le deseo al lector una feliz Navidad, y un 2019 que fortalezca su misión de continuar llevando la Quiropráctica de al mundo…